Estado psicológico y emocional de la persona:
Las tensiones influyen en la conducta que manifiestan malestar e irritabilidad general.
Estado general del cuerpo:
El estrés puede producir contracturas y dolores musculares en el cuerpo así como agotamiento debido a las tensiones que soporta el mismo.
Enfermedades físicas y orgánicas:
Cuando el estrés se mantiene durante un período prolongado de tiempo se pueden manifestar afecciones digestivas, respiratorias y cardiovasculares como la hipertensión vascular.
Disminución de la actividad y rendimiento general:
La actividad se ve empobrecida por una falta de vitalidad y de reacción ante las exigencias cotidianas produciendo una disminución del rendimiento general.
Deterioro de las relaciones humanas:
Las tensiones generales y el alto nivel de exigencias pueden terminar produciendo conductas de malestar e irritación que influyan en la calidad de las relaciones en los distintos ámbitos vinculares.
Bajas por tratamientos médicos debido al factor estrés:
Se sabe que el estrés continuo produce diferentes tipos de alteraciones orgánicas o emocionales que si se mantienen de forma prolongada pueden producir síntomas disfuncionales o enfermedades que necesiten de un descanso extenso para su tratamiento y recuperación.
Accidentes:
La excesiva tensión produce que disminuya la concentración con el consecuente aumento en la posibilidad de accidentes.